domingo, 21 de marzo de 2010

Hablamos de los ciudadanos, de El Pueblo

(escrito monolingüe)


Publicaba como comentario una palabras muy similares a las que sigue en Ventanas del Falcón.


Nos tiene que dar igual a que partidos perjudique o beneficie la ley porque los partidos no son importantes.

Los importantes en Democracia somos el Demos, El Pueblo. Y aquí es cuando vemos que esta Ley que P.P., P.S.O.E., P.N.V. y CiU se han negado a corregir, es injusta con nosotros.

Es injusta con nosotros porque nos hace el siguiente chantaje: si no votas a P.P., P.S.O.E., P.N.V. o CiU que sepas que tu voto saldrá recortado de la trituradora.

Oigan, burócratas apoltronados: el ciudadano votante tiene que poder votar a quien le dé la gana, viva donde viva y vote a quien vote. No se puede condicionar su voto.

El ciudadano votante tiene derecho a cambiar el sentido de su voto cuando lo desee.

Y tiene derecho a votar a quien le dé la gana en igualdad de condiciones con cualquier otro votante. Es manifiestamente injusto que los votos de unos ciudadanos sufran la amenaza previa y corran el riesgo posterior —que se materializa, proceso, tras proceso— de que su voto valga siete veces menos que los de otros ciudadanos iguales que ellos.

Es decir, la opinión política de unos ciudadanos acaba sobrerrepresentada respecto a la de otros.

¿Por qué tenemos que soportar y aceptar que los programas políticos a los que hemos votado o podemos querer votar mañana estén representados hasta 7 veces menos que el programa político que ha decidido libremente votar mi vecino?

Eso rompe el principio de igualdad entre todos los ciudadanos. Eso rompe la Democracia representativa en donde el Poder Legislativo, el Parlamento, debería ser una correa de transmisión de las opiniones e intereses del Pueblo.

¿Qué correa de transmisión va a haber, si unos ciudadanos tienen por cada voto 7 veces más asientos que otros ciudadanos?

Y fíjense que no estoy hablando de los partidos políticos. Los partidos políticos como si quiebran todos y salen otros nuevos. Estoy hablando de los ciudadanos, de sus derechos, de sus opciones, de su igualdad y de su representación efectiva en el Parlamento.

Hay gente que dice que la Democracia Representativa es mucho menos genuina que la Democracia Directa, en la que cada ley hay que votarla en referendo.

¡Cuán menos genuina será la Democracia que dice que es Representativa pero que que no lo es, porque sobrerrepresenta a unos e infrarrepresenta a otros!


La Constitución Española dice que el sistema electoral debe ser proporcional. Uno toma nuestro sistema electoral general, mira la letra y parece proporcional. En cuanto mira los resultados y lo estudia mejor, comprende que no es proporcional. Es (casi) mayoritario. Será proporcional "de derecho". Pero es mayoritario "de hecho". Por lo tanto, es anticonstitucional.


Los afectados, que somos los ciudadanos y no I.U. ni U.P.D. ni ningún partido político, somos los que tenemos que ir insistiendo hasta que se consiga este cambio lógico y justo. Igual que se consiguieron otras cosas antes, como la supresión del servicio militar obligatorio p.ej.

Para empezar, deberíamos aplicar voto de castigo a los cuatro partidos políticos obstruccionistas: P.P., P.S.O.E., P.N.V. y CiU. Eso para empezar. Alguien que crea en la justicia, la igualdad y la imparcialidad no debería querer delegar su representación parlamentaria en una organización que se revela como claramente ventajista.

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