martes, 23 de marzo de 2010

Descabello a la democracia y vuelta al ruedo




Un comentarista de estas páginas me destacaba el siguiente artículo: El PP y el PSOE zanjan cualquier mejora en el sistema electoral: DESCABELLO (a la democracia) Y VUELTA AL RUEDO. Aprovecho para agradecerle el enlace, porque me parece un buen trabajo en general.

Haré a continuación una pequeña revisión personal, subjetiva del mismo, con toda la humildad.



En las tablas M0, M1 yo habría colocado una fila más. Debajo de los diputados, el porcentaje sobre el total, para que se viese la diferencia entre el %voto y el %escaño.

Creo que el sistema M3 se parece mucho al uso de Hare-Niemeyer, que es mi favorito.


Este párrafo es clave:

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Con este método, las dos fuerzas políticas mayoritarias que suman el 83,81% de los votos (siempre con datos reales de las elecciones de 2008), obtendrían el 88,5% de los diputados en juego, mientras que con el método actual vigente logran el 92,28% de los escaños. Izquierda Unida, con el 3,78% de votos, obtendría el 3,71% de los diputados, cuando ahora consigue solamente el 0,57%. CIU, con el 3,03% de votos, ganaría el 3,14% de diputados y ahora tiene el 2,85%. El PNV, con un 1,19% de sufragios, conquistaría el 1,14% de diputados cuando ahora goza del 1,71%. El BNG, con el 0,83% de votos, sumaría el 0,85% de los diputados, cuando ahora tiene el 0,57%.
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Igual que éste:

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Finalmente, si utilizáramos el M3, los partidos nacionalistas no sólo no ven disminuida su representatividad sino que podrían entrar en el Hemiciclo nuevos partidos minoritarios. En realidad, este hecho debería ser objeto de estudio para no dejar sin representación a un 6% del electorado que eligió opciones más minoritarias (a través de segundas vueltas o coaliciones que representaran un porcentaje de votos mínimo u otras más adecuadas).

Con este último método los dos partidos grandes sumarían el 84% de los escaños, lo que significa una representación más justa y acorde al 83,81% de los votos que han ganado. Izquierda Unida dispondría del 4% de los curules con el 3,78% de los votos. El resto de partidos mantendrían de una forma equilibrada sus votos y representantes. Por lo tanto este método sería el que más ajustaría la representación en la cámara en relación a los votos reales obtenidos.
»


La tabla que muestra lo que yo pedía antes para las simulaciones M0, M1 es excelente y la reproduciré:
tabla 1si pulsan sobre la imagen se abrirá con un tamaño superior

Le añadiré la progresión en la distorsión:
tabla 2si pulsan sobre la imagen se abrirá con un tamaño superior

La línea naranja nos muestra la progresión del porcentaje de votos emitidos por los electores a las candidaturas de P.P. y P.S.O.E. en los comicios generales 1982-2008.
La línea naranja nos muestra la progresión del porcentaje de escaños asignados por el sistema electoral en función de los votos emitidos por los electores a las candidaturas de P.P. y P.S.O.E. en los comicios generales 1982-2008.

En justicia, ambas líneas deberían estar superpuestas. Vemos que no es así. Más bien son paralelas. La distancia que las separa es la distancia de la injusticia, la distancia los asientos que les son asignados y que no les correspondían. Una parte de esa distancia es voto en blanco. La otra parte, más terrible aún, es voto emitido a otros partidos y absorbido en forma de asientos por P.P. y P.S.O.E.

La línea roja nos muestra la progresión de esa distancia, la progresión de la distorsión. Vemos que se mantiene en torno al 10-15% en todo este tiempo, una franja totalmente inaceptable.

A destacar: las distorsiones repunta los años en los que "ha habido" mayoría absoluta. En 1.989, por el P.S.O.E. y en el 2.000 por el P.P. La injusticia repunta esos años. Las mayorías absolutas en asientos nunca lo han sido en votos. Estos dos partidos pueden gobernar sin oposición aún siendo minoría en voto emitido por el elector.

Otra cosa a destacar es que la distorsión parece seguir una tendencia decreciente. No se malinterprete. ¿Es el sistema cada vez más justo al parecer dismunir la diferencia entre el %votos emitidos y el %escaños asigandos?

Ni mucho menos. La distorsión sigue una ligera pendiente decreciente por un motivo mucho más terrible: el sistema está matando el pluripartidismo. Se consolida el bipartidismo con la falacia del voto útil y el reparto injusto de escaños que favorecen a P.P. y P.S.O.E. De esta manera, la distorsión parece reducirse no porque el sistema se perfeccione con el tiempo, sinó porque la asignación injusta de escaños va asfixiando y matando a los partidos que no son P.P. y P.S.O.E.

Nos encaminamos al indeseable sistema bipartidista yankee, damas y caballeros. Nos encaminamos a un sistema en el que tendrá ud. que sentirse representado en todo bien por P.P. bien por P.S.O.E. Y esto está sucediendo por el sistema electoral injusto y por el votante hincha entregado al bipartidismo. Bien porque no lo comprende correctamente, bien por miedo, bien por la falacia del voto útil, bien por desinterés... El elector tiene una gran responsabilidad en el empobrecimiento de nuestro necesario pluripartidismo.

Una distorsión del 2%-4% puede entenderse. Una distorsión del 10-15% es antidemocrática y empobrecedora. Es anticonstitucional en el momento que la Constitución Española dice que el sistema electoral deberá ser proporcional.
Y proporcional significa: porcentajo de votos = porcentaje de escaños.
Mismos votos = mismos escaños. Así de simple.


Volvamos al artículo comentado. Fijémonos en estas frases:
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Sólo unos datos evidencian cómo un método injusto puede desmotivar y desmovilizar al electorado que se rinde ante el hecho de que su voto no sirva absolutamente para nada. Nos referimos a las elecciones de 1996 cuando, con el sistema M1, IU hubiera obtenido 38 diputados que, unidos a los 138 que hubiera sumado el PSOE, podría haber supuesto un auténtico gobierno de izquierdas, similar a lo que ocurría en Alemania donde Los Verdes conseguían entrar en el gobierno.

En definitiva, los electores hubieran tenido una mayor fuerza moral para seguir votando a un partido que, verdaderamente y con los votos que tenía (2.639.774), era de gobierno.
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En 1.996, con los votos en la mano y una ley electoral justa, el Gobierno podría haber sido P.S.O.E.+I.U. Eso es lo que votó la mayoría de ciudadanos españoles.

Voy a lanzar la siguiente pregunta: ¿habría cambiado esto nuestra Historia? Quiero decir, ucrónicamente, ¿habría apoyado la España de 2.001-2.003, pasadas las elecciones generales del 2.000, al Presidente G. W. Bush en la Guerra de Irak?

¿Habrían respondido los criminales de Al-Qaeda con la masacre del 11-M del 2.004?

Los ciudadanos españoles votaron en esta dirección en 1.996, pero la Ley Electoral repartió los asientos parlamentarios o escaños como todos sabemos.


Esta frase estoy obligado a discutirla, aunque entiendo por qué la dicen: "En la actualidad, votar a un partido diferente a PSOE y PP en cerca de las 45 circunscripciones existentes, es sinónimo de tirar el sufragio a la basura".

Estoy obligado a enfrentarla al siguiente razonamiento. ¿Qué es más tirar el voto a la basura: votar a un partido que va a hacer lo que tú quieres y que no consiga formar mayoría o votar a un partido que no va a hacer lo que tú quieres y que sí consiga mayoría?


Otra muestra de la estafa que supone la Ley Electoral actual: "Para ver la injusticia del actual método y poder ver a quién beneficia, sólo hay que recordar que en 1989, el PSOE obtuvo la mayoría absoluta justa con un 39,6% de los votos".

Así son las mayorías absolutas. ¿Desde cuándo?

Una mayoría absoluta significa tener el 51% de la representación. Ningún accionista de una S.A. aceptaría que los accionistas "mayoritarios" fuesen los que tienen el 39% de las acciones.

En nuestro país y con esta Ley Electoral que los obstruccionistas se han negado, una vez más, a arreglar, esta vez incluso en contra del Consejo de Estado, las mayorías absolutas en escaños provienen de minorías en votos emitidos por el ciudadano: ¿cómo se puede obtener más del 50% de los escaños con menos del 40% de los votos?

Vale el razonamiento para la obtenida por el P.S.O.E. en el 89 y para la obtenida por el P.P. en el 2.000.


Algunos episodios del artículo contienen un tono encendido que no es el que yo usaría, pero entiendo que proviene de la indignación al contemplar la realidad.


Nos dicen "los 400 diputados: una huída hacia delante". Cierto, los 50 diputados adicionales no son por sí solos ninguna mejora de los fallos del sistema de reparto. Lo imaginativo, lo que le da algún valor, es el colegio o bolsa de restos nacional. Ese mecanismo es el que arregla bastante la situación.

Me parece un parche para no cambiar en la Constitución la circunscripción electoral al Congreso de la provincia al Estado directamente —y usar la Comunidad Autónoma como circunscripción al Senado—, pero puede ser un parche bastante eficaz y factible de instituir.


Los dos primeros párrafos del subtítulo "Excluyendo a la otra mayoría" yo no los habría incluido. Sin entrar en el fondo, creo que pueden desviarse del tema central, generando quizá unas resistencias en el lector que la simple reforma electoral no encontraría.

En cambio, los tres últimos párrafos del subtítulo "conclusión general", igualmente ácidos y certeros, me parecen de lo más conveniente el explicarlos con calma a todos los interesados que somos todos los ciudadanos y habitantes del país.

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