domingo, 30 de marzo de 2008

A favor de la ley electoral española


Tenemos una opinión en sentido contrario de aquellas por las que yo me he inclinado.
Tenía ganas de confrontar argumentos. Con sólo una tendencia de pensamiento no se puede tener un debate rico ni demasiado honesto.

Encuentro un artículo en Europa Press, firmado por... no lo pone :-/, que defiende la opinión contraria a la que sostengo yo en "Un voto, un asiento".

El artículo es éste: Una profesora de la UN defiende "las disfunciones del sistema electoral español en favor de la estabilidad del gobierno".

En él, la srta. de la Iglesia, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Navarra sostiene que sí es cierto que hay una distorsión que perjudica a los terceros partidos, pero que esto sucede en beneficio de la estabilidad del gobierno que se forme.

Cree que la campaña por el cambio de la ley hacia un sistema más proporcional lo tiene difícil. Y no considera el sistema inconstitucional porque, aunque discrimina el principio de igualdad ciudadana (en el valor del voto en este caso), la propia constitución recoge en su articulado los elementos del sistema electoral.

Cito del artículo:


(...)la profesora se muestra convencida de que "la justicia en política no son las matemáticas"(...)
(...)para Asunción de la Iglesia "no existe el sistema electoral perfecto, ya que la justicia electoral aritmética no siempre es lo mejor para la formación de Gobierno"(...)


Apunta la profesora de la Iglesia algo que me ha parecido muy interesante. Uno de los males del sistema proporcional, con el que yo he comparado al actual en "Un voto, un asiento". Dice que nuestro sistema actual le parece mejor por la estabilidad frente al sistema proporcional que se usó en Italia y que provocaba muchas dificultades para los gobiernos para incluso acabar las legislaturas, ya que los parlamentos estaban excesivamente fragmentados.

Es una idea muy interesante: evitar la fragmentación. Aprender del caso italiano.

Acaba diciendo que los dos grandes partidos deberían pactar ciertos temas entre ellos porque si no lo acaban haciendo con los nacionalistas, que tienen demasiado poder.

Comento. En primer lugar, reitero que me alegro de poder contar con argumentos contrarios. Se aprende bastante más de las críticas (constructivas, las que prefieren mejorar, no tumbar) que de las palmas. Lo interesante no es salirse con la suya e imponer las ideas y planes. Es muchísimo mejor acabar modelando unas ideas, unos planes, con lo mejor de las aportaciones de cada uno.

La gobernabilidad. Que el gobierno tenga estabilidad, que pueda gobernar, es algo muy importante, cierto. Que el reparto no sea matemáticamente ecuánime en la asignación de asientos si se aumenta notablemente esa estabilidad es algo que se puede razonar con cierta facilidad.

Ahora bien, hay que inscribir esa "falta de ecuanimidad" dentro de unos límites lógicos, justos, razonables. El extremo de la máxima estabilidad del gobierno es tener un partido único. Los países que lo tienen no parecen funcionar demasiado bien comparado con aquéllos en los que se confrontan varias tendencias y se enriquecen las unas a las otras. Habría que acotar esa distorsión. De acuerdo que puede ser interesante una distorsión mínima, pero hay que tener mucho cuidado en que sea eso, mínima.

Sobre que el impulso popular por el cambio de la firma tendrá muchas dificultades. Es cierto que los países latinos no tienen mucha tradición de participar en las decisiones de gobierno. Si nos fijamos en los anglosajones, los nórdicos o los germanos, vemos que es normal que la iniciativa ciudadana tenga bastante más peso que en países de cultura latina. Si en los primeros hay bastante tradición de asociacionismo, de grupos de presión, hay referéndums (no sólo de partidos políticos sino también a favor o en contra de leyes concretas), en los segundos, de los cuales formamos parte, eso es algo bastante excepcional.

Pero a largo plazo se irá produciendo, paulatinamente, una convergencia de valores y actitudes (como de precios y salarios). A muy largo plazo seguramente.
Quiero poner como ejemplo las manifestaciones de ciudadanos en toda España en contra de la invasión de Irak. Fueron movilizaciones ciudadanas masivas. Fue algo ejemplar. La influencia en el gobierno tardó meses en llegar, tuvimos que esperar hasta las elecciones. Quiero decir con esto que si el apoyo cívico es fuerte y constante, se pueden cambiar muchas cosas. Sucede que no tenemos mucha tradición. Pero al ejemplo que he puesto me remito. Eso se cambia practicando. Quizá ya hemos empezado a cambiarlo.

Aprovecho para hacer un inciso. Directa e indirectamente hablé hace unos años con amigos (o amigos de amigos) que vivían en Israel, India y alguna zona más de Oriente. Algunos de ellos pensaban que como el Gobierno de España del momento había apoyado la invasión y la guerra en Irak, los ciudadanos españoles también la apoyábamos. "¿No visteis las manifestaciones masivas de rechazo que hubo?", pregunté. No. No las emitieron. Muchas gracias a los medios de comunicación responsables. Así se consigue hermanar a las personas de distintos países. Así nos querremos todos más. Les dejaron creer que apoyábamos la guerra. No sé quiénes fueron los responsables, pero se merecen un premio Nobel de la Paz.
Podríamos tomar nota de eso para estar listos cuando nos lo hacen a nosotros. Y ante una noticia o una corriente de opinión, poder ser pacientes, cautelosos y saber poner un filtro que nos permita escoger y ponderar. A veces, la información se muestra sesgada intencionadamente (por favor, no hagan eso; esta mal :-( ) y es fácil que nos acaben sembrando creencias en nuestras bondadosas mentecitas del tipo "los israelíes son...", "los latinoamericanos son todos...", "George Bush siempre..." o "es que los musulmanes hacen...". Cámbiese cualquiera de las cursivas por cosas como "vascos", "catalanes", "católicos", "comunistas", "pueblerinos", "masones", "aborto", "patriotismo", "nacionalistas", "feministas", "extranjeros", "inmigrantes", "mujeres", "rumanos", "pacifistas", "ecologistas", "hippies", "la derecha", "la izquierda"... y podremos comprobar cómo realmente se produce con bastante frecuencia un bombardeo de información sesgada que apunta en una dirección concreta. Es bueno amueblarse la cabeza con filtros. Saber quién dice qué y luego, si se puede, contrastar con otras informaciones.
Un aplauso para todos aquellos periodistas que cuentan la realidad lo más objetivamente que pueden. Son ustedes una parte muy valiosa de la sociedad.


Volvamos al tema principal.
La frase "en política la justicia no siempre son las matemáticas" me encanta :-) . La encuentro potente, muy personal. Estoy de acuerdo en parte. Pero creo que se ve muy fácilmente que tampoco es justo que el tercero en votos sea el sexto en asientos. Me da igual que se llame IU, PP, PACMA o CC. Que la distorsión llegue a provocar, por ejemplo que el 4º en votos sea el 5º en asientos (y viceversa), sobre todo si hay poca diferencia en votos entre ellos, puede ser aceptable si eso conlleva un aumento de la estabilidad del sistema gubernamental. Pero si la distorsión hace que un 3º pase al 6º puesto es, a todas luces, excesiva.

"No existe el sistema electoral perfecto". Cien por cien de acuerdo. Ahora bien, nuestro deber (o al menos es nuestra posibilidad) es mejorar las cosas todo lo que podamos, perfeccionarlas. La perfección debe ser vista, si se quiere conservar la cabeza, más como un camino (el del perfeccionamiento) que como un objetivo. Es un sendero más que un puerto. Me pongo proverbial ¬¬ (podría escribir sin caritas, pero es que últimamente atravieso una época un tanto irreverente y espartana :-P ).

Lo que más me ha llamado la atención: la fragmentación excesiva que dificulta la estabilidad, la gobernabilidad y el ejemplo italiano.

De hecho, en próximas entradas al blog incidiré específicamente sobre esto. Estoy preparando una sobre un artículo que habla del sistema italiano y de los problemas que ha tenido. Y también otra sobre el sistema alemán, bastante proporcional en el reparto voto-asiento, cuyo buen funcionamiento sirve de contraejemplo bastante solvente.

Por último: la, para mí, falacia de que "los partidos nacionalistas tienen demasiado poder". Es como un mantra que a fuerza de repetirlo nos creemos. Hasta yo me lo había creído antes de hacer números. Aquí sí que debo discrepar con energía de la profesora de la Iglesia. El problema de la composición parlamentaria ¿es que los partidos nacionalistas y regionalistas tengan demasiado poder? Vistos esos números, no. Habrá que repetirlo y demostrarlo unas cuantas veces para combatir la tenaz cantinela. Miremos los números y juzguemos por nosotros mismos.

Estos partidos, llamémoslos, cuartos partidos, tienen un poco menos de asientos de los votos que obtienen en porcentaje, salvo el PNV. Es decir, es que ni siquiera tienen todo el poder que los votos les otorgan.

El problema del reparto desigual de poder frente al voto ciudadano lo protagonizan los dos partidos grandes PP y PSOE (se benefician) y por el lado contrario los terceros partidos, a día de hoy UPyD e IU (salen perjudicados). No es que "los nacionalistas se beneficien injustamente del sistema". Eso no pasa en el reparto voto-asiento, en gral. Lo que pasa es que ese sistema perjudica a los terceros partidos y los pone por detrás de esos nacionalistas y regionalistas en asientos en el parlamento. Ahora bien, los 10 u 11 diputados que ha obtenido CiU, por ejemplo, sí que se los han proporcionado sus votos. No hay diputados de más ahí. Lo que sucede es que sus votos a los terceros partidos, IU y UPyD les tendrían que haber proporcionado bastantes más diputados de los que han obtenido.

En próximas entradas hablaré un poco de los sistemas italiano y alemán, porque me parece muy interesante hacer esas comparaciones. ¿El sistema proporcional es malo porque produce fragmentación e ingobernabilidad? En Italia más o menos ha pasado algo así. En Alemania en cambio, funciona.





Tenim una opinió en sentit contrari d'aquelles per les que jo m'he decantat.
Tenia ganes de confrontar arguments. Amb només una tendència de pensament no es pot tenir un debat ric ni massa honest.

Trobo un article d'Europa Press, signat per... no ho posa :-/, que defensa l'opinió contrària a la que mantinc en "Un vot, un seient".

L'article és aquest: Una professora de la UN defensa "les disfuncions del sistema electoral espanyol en favor de l'estabilitat del govern".

La srta. de la Iglesia, professora de Dret Constitucional de la Universitat de Navarra manté a l'article que sí és cert que hi ha una distorsió perjudica als tercers partits, però que això succeeix en benefici de l'estabilitat del govern que es formi.

Creu que la campanya pel canvi de la llei cap a un sistema més proporcional té difícil l'èxit. I no considera el sistema inconstitucional perquè, tot i que discrimina el principi d'igualtat ciutadana (en el valor del vot en aquest cas), la pròpia constitució recull en el seu articulat els elements del sistema electoral.

Cito de l'article:


(...)la profesora se muestra convencida de que "la justicia en política no son las matemáticas"(...)
(...)para Asunción de la Iglesia "no existe el sistema electoral perfecto, ya que la justicia electoral aritmética no siempre es lo mejor para la formación de Gobierno"(...)


Apunta la professora de la Iglesia quelcom que m'ha semblat molt interessant. Un dels mals del sistema proporcional, amb el que jo he comparat l'actual en "Un vot, un seient". Diu que el nostre sistema actual li sembla millor per l'estabilitat davant el sistema proporcional que es va fer servir en Itàlia i que provocava moltes dificultats pels governs per a, fins i tot, acabar les legislatures, ja que els parlaments estaven excessivament fragmentats.

És una idea molt interessant: evitar la fragmentació. Aprendre del cas italià.

Acaba dient que els dos grans partits haurien de pactar certs temes entre ells perquè si no ho acabaran fent amb els nacionalistes, que tenen massa poder.

Comento. En primer lloc, reitero que m'alegro de poder contar amb arguments contraris. S'aprèn força més de les crítiques (constructives, les que s'estimen més millorar, no ensorrar) que de les palmes. El més interessant no és sortir-se amb la seva i imposar les idees i els plans. És moltíssim millor acabar modelant unes idees, uns plans, amb allò que és millor de les aportacions de cadascun.

La governabilitat. Que el govern tingui estabilitat, que pugui governar, és quelcom molt important, cert. Que el repartiment no sigui matemàticament equànime en l'assignació de seients si s'augmenta notablement aquesta estabilitat és una cosa que es pot raonar amb certa facilitat.

Ara bé, cal inscriure aquesta "falta d'equanimitat" dins d'uns límits lògics, justos, raonables. L'extrem de la màxima estabilitat del govern és tenir un partit únic. Els països que el tenen no semblen funcionar massa bé comparats amb aquells en els que es confronten vàries tendències i s'enriqueixen les unes a les altres. S'hauria de posar una fita a aquesta distorsió. D'acord que pot ser interessant una distorsió mínima, però cal tenir molta cura en que sigui així, mínima.

Sobre que l'impuls popular de les signatures tindrà moltes dificultats. És cert que els països llatins no tenen molta tradició de participar en les decisions de govern. Si ens fixem en els anglosaxons, els nòrdics o els germans, veiem que és normal que la iniciativa ciutadana tingui força més pes que en països de cultura llatina. Si en els primer hi ha força tradició d'associacionisme, de grups de pressió, hi ha referéndums (no només de partits polítics sinó també a favor o en contra de lleis concretes), en els segons, dels quals en formem part, això és una cosa molt excepcional.

Però a llarg termini s'anirà produint, paulatinament, una convergència de valors i actituds (com de preus i salaris). A molt llarg termini segurament.
Vull posar com a exemple les manifestacions de ciutadans en tota Espanya en contra de la invasió d'Irak. Varen ser mobilitzacions ciutadanes massives. Va ser una cosa exemplar. La influència en el govern trigà mesos en arribar, vam haver d'esperar fins les eleccions. Vull dir amb això que si el suport cívic és fort i constant, es poden canviar moltes coses. Succeeix que no tenim molta tradició. Però a l'exemple que he donat em remeto. Això es canvia practicant. Potser ja hem començat a canviar-lo.

Aprofito per fer un apart. Directa i indirectament vaig parlar fa uns anys amb uns amics (o amics d'amics) que vivien a Israel, Índia i alguna zona més d'Orient. Alguns d'ells pensaven que com el Govern d'Espanya del moment havia recolzat la invasió i la guerra en Irak, els ciutadans espanyols també la recolzàvem. "No vau veure les manifestacions massives de rebuig que va haver?", vaig preguntar. No. No se les van emetre. Moltes gràcies als mitjans de comunicació responsables. Així s'aconsegueix agermanar a les persones de diferents països. Així ens estimarem tot més. Els van deixar pensar que recolzàvem la guerra. No sé quins van ser els responsables, però es mereixen un premi Nobel de la Pau.
Podríem prendre nota d'això per estar preparats quan ens ho fan a nosaltres. I davant una notícia o un corrent d'opinió, poder ser pacients, cautelosos i saber posar un filtre que ens permeti escollir i ponderar. De vegades, la informació es mostra esbiaixada intencionalment (si us plau, no facin això; està malament :-( ) i és fàcil que ens acabin plantant certes creences a els nostres bondadosos caps com "els israelians són...", "els llatinoamericans són tots...", "George Bush sempre..." o "es que els musulmans fan...". Pot canviar-se qualsevol de les lletres en cursiva per coses com "bascos", "catalans", "catòlics", "comunistes", "la gent de poble", "masons", "avortament", "patriotisme", "nacionalistes", "feministes", "estrangers", "immigrants", "dones", "romanesos", "pacifistes", "ecologistes", "hippies", "la dreta", "l'esquerra"... i podrem comprovar com realment es produeix amb força freqüència un bombardeig d'informació esbiaixada que apunta en una direcció concreta. És bo dotar-se el cap de filtres. Saber qui diu què i després, si es pot, contrastar amb altres informacions.
Un aplaudiment per tots aquells periodistes que conten la realitat el més objectivament que poden. Són vostès una part molt valuosa de la societat.


Tornem-hi al tema principal.
La frase "en política la justicia no siempre son las matemáticas" m'encanta :-) . La trobo potent, molt personal. Estic d'acord en part. Però crec que es veu molt fàcilment que tampoc no és just que el tercer en vots sigui el sisè en seients. Tant em fa que es digui IU, PP, PACMA o CC. Que la distorsió arribi a provocar, per exemple el 4rt en vots sigui el 5è en seients (i a l'inrevés), sobre tot si hi ha poca diferència en vots entre ells, pot ser acceptable si això comporta un augment de l'estabilitat del sistema governamental. Però si la distorsió fa que un 3r passi al 6è lloc és clarament excessiva.

"No existe el sistema electoral perfecto". Cent per cent d'acord. Ara bé, el nostre deure (o al menys és la nostra possibilitat) és millorar les coses tant com puguem, perfeccionar-les. La perfecció ha de ser vista, si es vol conservar el cap, més com un camí (el del perfeccionament) que com un objectiu. És una senda més que un port. Em poso proverbial ¬¬ (podria escriure sense cares, però és que últimament estic en una època irreverent i espartana :-P ).

Allò que més m'ha cridat l'atenció: la fragmentació excessiva que dificulta l'estabilitat, la governabilitat i l'exemple italià.

De fet, en pròximes entrades al blog incidiré específicament sobre això. Estic preparant una sobre un article que parla del sistema italià i dels problemes que ha tingut. I també una altra sobre el sistema alemany, força proporcional en el repartiment vot-seient, el bon funcionament del qual serveix de contraexemple bastant solvent.

Darrera cosa: la, per mi, fal·làcia de que "els partits nacionalistes tenen massa poder". És com un mantra que a cops de repetir-lo ens ho creiem. Fins i tot jo me l'havia cregut abans de fer números. Aquí sí que he de discrepar amb energia de la professora de la Iglesia. El problema de la composició parlamentària, és que els partits nacionalistes i regionalistes tinguin massa poder? Vistos aquests números, no. Caldrà repetir-lo i demostrar-lo uns quants cops per combatre la tenaç cançó. Mirem els números i jutgem nosaltres mateixos.

Aquests partits, diguem-ne, quarts partits, tenen uns pocs menys seients que vots obtenen en percentatge, llevat del PNV. És a dir, és que ni tan sols tenen tot el poder que els vots els hi atorguen.

El problema del repartiment desigual de poder davant el vot ciutadà està protagonitzat pels dos partits grans PP i PSOE (que es beneficien) i pel costat oposat pels tercers partits, avui en dia UPyD i IU (surten perjudicats). No és que "els nacionalistes es beneficiïn injustament del sistema". Això no passa en el repartiment vot-seient, en gral. Sí que passa que aquest sistema perjudica als tercers partits i els posa per darrere d'aquests nacionalistes i regionalistes en seients en el parlament. Ara bé, els 10 o 11 diputats que ha obtingut CiU, per exemple, sí que se'ls han proporcionat els seus vots. No hi ha diputats de més aquí. Passa que els vots dels tercers partits, IU i UPyD els haurien d'haver proporcionat bastants diputats més dels que han obtingut.

En pròximes entrades parlaré una mica dels sistemes italià i alemany, perquè em sembla molt interessant fer aquestes comparacions. El sistema proporcional és dolent perquè produeix fragmentació i ingovernabilitat? En Itàlia més o menys ha passat quelcom així. En Alemanya en canvi, funciona.

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