viernes, 2 de octubre de 2009

La reforma del régimen electoral en España: (2) Las propuestas para corregir la desigualdad

(entrada monolingüe)


Podemos leer en la bitácora del Sr. Buesa:

Una corrección radical de la desigualdad en los resultados del sistema electoral español requiere, sin duda alguna, una reforma constitucional, puesto que es la Constitución la que condiciona el sistema. Ello se debe a que, en el momento de su elaboración, sus redactores creyeron que constitucionalizando los rasgos esenciales del sistema electoral provisional que habían aprobado las Cortes franquistas para que se pudieran convocar las elecciones del 15 de junio de 1977, se estabilizaría el mapa político español y se consolidarían las posiciones alcanzadas por los dos principales partidos, la UCD a la derecha y el PSOE a la izquierda.

Por tanto, podrían plantearse diferentes alternativas de cambio constitucional que darían lugar a un nuevo sistema electoral. Pero, desde mi punto de vista, esa vía es poco prometedora debido a las dificultades formales y políticas que entraña la reforma de la Constitución española. Más viable me parece plantear modificaciones que entren dentro de los condicionantes constitucionales. Éstos son cuatro: 1) que las circunscripciones coincidan con las provincias; 2) que haya un número mínimo de diputados por circunscripción; 3) que haya entre 300 y 400 diputados; 4) que la distribución de los escaños sea proporcional.

Con esos condicionantes, la única manera de corregir la desigualdad en cuanto a los resultados del voto, sin llegar nunca a suprimirla [por esos desfasados condicionantes constitucionales, precisamente], pasa por:

* Aumentar el número de los diputados que se eligen. Puesto que el límite está en 400, ésta debería ser la opción a considerar.
* Fijar la representación mínima de cada provincia en un escaño, en vez de los dos actuales.
* Emplear una fórmula de reparto de escaños entre las candidaturas que aumente la proporcionalidad con respecto a la actualmente empleada. Así la fórmula D’Hont podría ser sustituida por alguna de las que toman el cociente electoral o los restos mayores. Entre éstas la que ofrece resultados más proporcionales es el «cociente Hare» [véase: http://es.wikipedia.org/wiki/Cociente_Hare].
* Eliminar la exigencia de un número mínimo de votos para obtener la representación que, actualmente, está establecido en el tres por ciento.

(...)

Las consecuencias políticas de una reforma como la señalada son indudables. Por una parte, los grandes partidos perderían representación en el Congreso en términos proporcionales, a la vez que la ganan los partidos pequeños de implantación nacional y la mayor parte de los de carácter regional. Asimismo, aumentaría la fragmentación parlamentaria con la aparición de nuevos partidos que obtendrían un diputado, aunque este efecto es poco intenso. Y, finalmente, se incrementarían las posibles combinaciones en cuanto a las alianzas postelectorales.

Además, la desigualdad en el resultado del voto disminuiría de forma sustancial, pues si, con el sistema actual, el cociente entre el número de habitantes requerido para un escaño es 3,7 veces mayor en la circunscripción peor retribuida que en la mejor retribuida, ese cociente pasaría a ser sólo 1,8.

Otra propuesta que se ha sugerido para mejorar la proporcionalidad del sistema es la de crear una cesta nacional de restos para atribuir una parte de los escaños; por ejemplo, los cincuenta adicionales de la propuesta anterior. Los restos son los votos a candidaturas que no han servido para la atribución de escaños, por lo que, de esta manera, no se perderían, como ocurre en la actualidad. El Consejo de Estado ha considerado que esta propuesta es viable y tiene encaje constitucional siempre que los restos computables fueran los que, en cada circunscripción, han quedado después de la atribución de los escaños provinciales (...)

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